Llega el mes de mayo, el mes de las flores, la primavera está en pleno apogeo y los más aventureros ya comienzan a pegarse sus primeras escapaditas a la playa en fines de semana. Como el verano está a la vuelta de la esquina, os comentamos a continuación algunos consejos para empezar la operación bikini.
Alimentación saludable
El primer paso es mantener una alimentación saludable. Ésta ha de mantenerse durante todo el año y tiene como base los siguientes principios: cocinar productos de temporada, en especial frutas y verduras; tomar alimentos integrales, por su alto contenido en fibra; limitar el consumo de pastas, pan, dulces y olvidarse de bollería industrial, fritos o alimentos precocinados.
La carne a consumir que sea preferentemente pavo o pollo, que son bajas en grasas, y cocinada a la plancha. En cuanto a las bebidas, se deben evitar las que tengan gas y el alcohol y si se toman lácteos, mejor desnatados.
Ejercicio físico
Es otro de los hábitos saludables imprescindibles durante todo el año. Para empezar la operación bikini, cualquier ejercicio es válido: bicicleta, natación, yoga, aerobic, caminar…lo único que se requiere es constancia y periodicidad en la práctica, varias veces a la semana.
Tratamientos cosméticos
Para mejorar el estado de la piel y el aspecto físico antes de que llegue el verano se pueden combinar los hábitos saludables con tratamientos cosméticos de varios tipos: drenantes, que tienen como objetivo suavizar el aspecto hinchado del abdomen y las piernas; y un tratamiento reductor, que persigue eliminar el exceso de grasa.
Visitar el salón de estética
Además de estos tratamientos cosméticos, existen otras prácticas relacionadas con la estética encaminadas a la operación bikini: masajes, mesoterapia, cavitación o radiofrecuencia son algunos tratamientos que se pueden encontrar en los salones de belleza y que hacen más cómodo alcanzar el objetivo.
Descansar
Un último punto para comenzar con buen pie la operación bikini y gozar de buena apariencia y buen estado de salud es descansar de manera adecuada. Se recomienda dormir entre siete y ocho horas diarias, que son las necesarias para comenzar el día descansada y con energía.